Dumbo, el de las orejas Grandes / ¿Orejas grandes? Otostick

Orejas grandes, Dumbo

Seguro que os acordáis de la clásica película de Walt Disney de Dumbo, un elefantito que tenía las orejas grandes. El elefante de la película recibía burlas de algunos animales del circo excepto de su amigo el ratón, Timoteo, quién ayuda a Dumbo para que sea capaz de volar usando el truco psicológico de la «pluma mágica» para de esta forma aumentar su confianza y así poder utilizar sus orejas para poder volar.

Una historia muy bonita que nos hace valorar desde otro punto de vista nuestros problemas o deformaciones anatómicas. Sin embargo, mucho se ha avanzado en lo relacionado a la mejora de nuestro cuerpo tanto física como mental. Ciertamente, cada uno debe valorar aquello que le gusta de su cuerpo y cómo no, a corregir esos rasgos que menos le gustan. Hoy en día, la cirugía estética se encarga de ello, de corregir y mejorar la apariencia de algunas partes del cuerpo a través de distintos procedimientos quirúrgicos.

A veces no es necesario involucrarnos en una operación quirúrgica para poder corregir algún rasgo de nuestro cuerpo que no nos guste tanto como es el caso de unas orejas grandes, orejas de soplillo u orejas separadas. Por este motivo y para hacerlo todo más fácil, cómodo y totalmente seguro creamos el apósito corrector de orejas de Otostick que desde nuestra propia experiencia personal, ya que lo probamos con nuestros propios hijos, vimos que era la solución perfecta para las personas que tenían ciertos complejos por tener ese tipo de orejas. Otositck es la forma más fácil y sin ningún tipo de intervención quirúrgica para corregir las orejas de soplillo.

La sociedad en general es más consciente de la normalización de corregir nuestros defectos ya que si algo no nos gusta de nuestro cuerpo ¿por qué no corregirlo? No tenemos por qué aguantar esa presión si realmente hay solución para ello.

Verdaderamente, hay muchos tipos de belleza y, no necesariamente uno tiene que seguir las normas sociales porque las razones por las que le gustamos a los demás y a nosotros mismos tienen que ir más allá de una operación o de un cambio radical físico, hay que ver y valorar la personalidad de las personas, su calidez emocional, que sea divertida, honesta, tratable, con valores….Es decir, todo aquello que ya los griegos cultivaban y que eran precisamente, las virtudes en el hombre.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *