¿Quién no ha tenido en su clase algún compañero de orejas prominentes, un compañero al que llamaban orejas de soplillo, Dumbo,…? Este problema no solamente lo sufre el niño, en la mayoría de los casos los padres lo sufren aún más al ver cómo afecta a la autoestima de su hijo debido al gran complejo que le crea.
Las madres que han tenido este problema, han intentado solucionarlo de múltiples formas; poniendo un gorro con las orejas bien pegadas a la cabeza, cintas recogiéndolas, colocando bien las orejas antes de acostar al bebé y asegurándose cada dos por tres que éstas no se separasen de la cabeza, o incluso poniendo al bebé un esparadrapo entre oreja y cabeza. Sabemos que el tener orejas con esta disposición es simplemente una cuestión estética ya que no afecta ni a la audición ni a ningún otro problema de salud, pero también sabemos que puede crear traumas debido a las burlas, sobre todo, de otros niños.
Existe la solución de la cirugía, pero, no es aconsejable en niños menores de siete u ocho años, ni todos los afectados están dispuestos a someterse a una operación. Además puede que el problema no sea tan grave como para operar, pero sí lo suficiente como para acomplejar. Lo primero de todo es tratar el tema con normalidad, pero igual que tomamos medidas y ponemos un aparato a nuestro hijo en cuanto vemos que tiene mal colocados los dientes, por qué no tomar también soluciones en el caso de sus orejas.
Pues estamos de enhorabuena, las orejas de soplillo tienen una fácil solución al alcance de todos y no puede haber mejor garantía que la respuesta que encontró una madre preocupada por su bebé y que probó lo que habían probado otras madres antes. Se trata de unos correctores, compuestos por dos láminas de silicona transparente que se colocan en la cabeza y el cartílago de la oreja mediante un adhesivo hipoalergénico que disminuye la separación entre ambas partes. Estos adhesivos son indoloros para el bebé y prácticamente invisibles. No requieren prescripción médica y pueden utilizarse a partir de los 3 meses de edad.
Pueden utilizarlo tanto bebés, como adultos, y usarse a diario o sólo en ocasiones puntuales.
Utilizándolo desde los primeros meses de vida los resultados que pueden obtenerse son mejores. Ya en adultos su efecto es disimular las orejas.
No tienes excusa. Se acabó que cuando enseñemos nuestro álbum de fotos familiar alguien nos diga: ¡Pero que orejas de soplillo…!